30 abril 2011

Encontramos un propósito de escritura

20 de agosto, última reunión general de capacitadores y docentes convocados al proyecto.
Mandatos:
1. “¡A trabajar!”
2. “¡Miren que no es fácil!”
3. “¡Tengan en cuenta los problemas que van a surgir durante la   concreción del proyecto!” (La concreción del proyecto no es otra cosa que la edición de un libro, con los escritos de los alumnos y la exhibición de los ex libris que fueran diseñando.)

Esos mandatos (1, 2, 3) ¿eran un estímulo para continuar, o decir hasta acá llegué, me rindo? En los distintos encuentros de capacitación que se fueron dando (todos muy buenos), iba descubriendo la dirección del proyecto e interpreté y visualicé que, con el mismo, se podía plasmar el propósito de la escritura. Nuestros alumnos iban a escribir con un propósito: elaborar un texto que se iba a publicar, que iba a ser leído por otros, quizás muchos…

Por eso, el viernes 21 de agosto, cuando llegué a la escuela, conversé sobre el proyecto con la Sra. Directora. Entonces, ambas, al realizar un rápido monitoreo sobre la realidad de la Institución, decidimos convocar a una profesora de Prácticas del Lenguaje y a un profesor de Plástica para dinamizar dicho proyecto.

Fijamos un encuentro en Dirección con los docentes afectados. Una vez sorteadas las primeras barreras (resistencias), enmarcamos la actividad de la siguiente manera:
a) La profesora de Prácticas del Lenguaje, que hizo en ese momento una revisión (mentalmente y sin omitir detalles de sus características) de los distintos cursos a su cargo, consideró focalizar en 2º A para participar del mismo. Por lo tanto, este curso abordó la propuesta “Leer y escribir es cosa nuestra” con el objetivo de enmarcar las producciones escribiendo cuentos fantásticos.
b) El profesor de Plástica, con el curso de 3º A, se ocupó del tema ex libris. El ex libris que surgiría sería el sello que iba a identificar los textos de la biblioteca del establecimiento.

El miércoles 1 de septiembre, ambos cursos fueron orientados sobre las características del proyecto.

El 23 de septiembre, a sugerencia de la profesora, escuché y conversé con algunos alumnos que ya tenían sus producciones avanzadas o casi terminadas. Por eso, se acercaron a biblioteca, Micaela, Verónica, Melani, Loyda y Catherine y una más entusiasmada que la otra compartieron sus escritos. Cada una leyó y comentó el porqué de algunas ideas y expresiones y escuchó sugerencias de parte mía sobre cómo destrabar algunas frases no tan claras. Fue muy bueno el aporte y apoyo de los pares en la resolución de lo planteado.

Regresaron al aula. Facundo Carrasco envió su escrito para que yo lo leyera.
Se estableció entonces un vínculo entre profesora, alumnos escribiendo y bibliotecaria, que dio la impresión de que en lugar de estar en el aula o en la biblioteca estábamos en un laboratorio.

Todos vivían el propósito por el cual estaban escribiendo. Los alumnos rezagados se fueron paulatinamente “contagiando” y empezaron a presentar sus producciones.

Fue llamativo el caso de Julieta, que desde un principio se negó a escribir, cuando se acercó para pedir el libro de los nombres para ver si había alguno que le interesara para ponerle al personaje de su relato.

Con el pasar de los días, fue estimulante ver el entusiasmo de la profesora, contenta por cómo se iban desarrollando los distintos escritos y por la capacidad de inventiva que tenían los alumnos.

Borrador va, borrador viene, las historias se iban cerrando. Cuando los cuentos ya estaban listos, llegó el momento de pasarlos en limpio.

La sala de computación se convirtió entonces en el lugar de trabajo. Y el profesor de Informática comenzó a leer historias.

Llegó el momento de definir formato, diseño de tapas. Hubo nuevos encuentros improvisados entre los profesores involucrados. 3º A se ocupó de ensayar distintas ilustraciones de tapa.

Fue interesante el día en que estaban en biblioteca leyendo las producciones terminadas y surgió la idea de dibujarlas. Como a Julieta le gustaba dibujar, se encargaría de hacerlo. Y como toda ilustradora, fue leyendo los escritos de algunos compañeros y dibujó. Ella ya había dibujado el suyo. Pero por esas cosas de la vida, cuando se encuadernaron los cuentos, Julieta se olvidó sus dibujos en casa. Su cuento no está ilustrado.

El libro, tal como se presentó en la muestra, fue totalmente finalizado el día miércoles 18 de noviembre a las 20.15 hs., o sea, pocas horas antes de la apertura de la exposición: 19 de noviembre a las 9 hs.

Después de la muestra del 19 y 20 de noviembre


Mostramos el día lunes el libro a los autores.

Puedo asegurar que, por primera vez, noté cómo un lector ponía interés en un índice, cómo deslizaba lentamente la vista y el dedo para reconocer su nombre y su cuento.
—Tere, ¡estoy acá!

El libro forma parte del fondo de biblioteca.
Varios alumnos lo solicitaron.
—Nos prestás el libro que escribieron los alumnos de 2º A.
Y ahí estaban dos o tres alumnos descubriendo en el índice a sus compañeros.
 —A ver qué escribió.

Uno lee, los otros escuchan.

Teresa Baldino
Bibliotecaria
Escuela Secundaria Nº 17
Ezpeleta, Partido de Quilmes

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