30 abril 2011

“Oye con el diente… Habla con la oreja…”

Durante el año escolar (primer año de la escuela primaria) habíamos trabajado con diversidad de textos, incluidos muchos cuentos y fábulas. Sin embargo, nos encontrábamos, mi compañera Patricia Pizzani y yo, con la dificultad que tenían algunos niños de mantener la atención durante el relato y de comprender muchos de los desenlaces, lo que nos obligaba a releer y a veces hasta “explicar” algunas situaciones.

Sin embargo, cuando comenzamos con la poesía de María Elena Walsh, “Doña Disparate”, nos sorprendió la reacción de los niños:
“Oye con el diente.
Habla con la oreja,
con un cucharón
barre la vereda…”

Las carcajadas no se hicieron esperar. Los que más dificultades tenían eran los más entusiasmados. “Quizás el problema no estaba en ellos, sino en la selección del material” pensé. Yo, en este afán de no repetirme a través de los años, debo admitirlo, la tenía medio olvidada a esta maravillosa escritora. Pero la sencillez de sus palabras, la magia de sus disparates, habían tocado el corazón de nuestros chicos, que se reían con cada ocurrencia.

Y fue entonces cuando surgió la idea del libro, no fue previa a la poesía. Sabíamos del proyecto Ex libris. Este era un proyecto que se trataba justamente de eso, de crear un libro con los chicos. Sin embargo, por encontrarnos en la primera mitad del año, en la escuela no lo habían pensado para primer grado, ya que los chicos recién estaban comenzando con su alfabetización. De todas maneras, nos quisimos sumar. Realmente nunca pensé en la repercusión que esto tendría. Mi única intención era embarcarnos en un proyecto interesante y movilizador para los nenes.

Y aprovechando la reacción de los chicos, luego llegaron El Reino del Revés, Alicia en el País de las Maravillas y otros textos relacionados.
“…Me contaron que en el Reino del Revés
Cabe un oso en una nuez…” (M. E. Walsh)
“…A veces sueño con un mundo inventado por mí,
En el que todo sea un disparate…” (Alicia en el País de las Maravillas).

 Luego llegó el tiempo de dejar volar la imaginación. Y así surgieron los disparates de nuestros alumnos…: “…un pez persigue a un tiburón…”, “…un dragón que tira agua por la boca..”, “…me siento en la mesa y como en la silla…”.

Hoy puedo afirmar que María Elena Walsh sigue tan vigente como cuando era una niña. Lamentablemente, hace muy poco nos dejó para siempre, pero nos queda su obra que nos demuestra que los grandes, los clásicos, tienen la cualidad de lo eterno. Los chicos de hoy no son tan diferentes a la que fui entonces. Quizás sea este mi mayor descubrimiento, una confirmación de lo que siempre intuí.

Y luego de armar nuestro libro Mundo Disparate, decidimos entre todos que comenzara al revés, de atrás para adelante, “porque este es un libro tan disparatado que comienza por el otro lado”.
Gabriela Anaya
Escuela Primaria Nº 78 “Gral. Enrique Mosconi”
Bernal, Partido de Quilmes



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